LO QUE SE DICE: Fumar un cigarrillo relaja y alivia el estrés.

LA VERDAD: El tabaco no tiene propiedades relajantes puesto que es un estimulante. La aparente sensación de “alivio” que se siente al fumar un cigarrillo se debe a la supresión de los síntomas de abstinencia producidos por la falta de nicotina en el cerebro.


LO QUE SE DICE: Los cigarrillos bajos en nicotina no hacen daño, no son cancerígenos.

LA VERDAD: Aunque los cigarrillos bajos en nicotina y alquitrán son menos nocivos, se suelen fumar en mayor cantidad para conseguir la misma concentración de nicotina en sangre, con lo cual se anulan sus ventajas y los riesgos se asemejan a los de los cigarrillos normales.


LO QUE SE DICE: El tabaco contamina, pero más los coches y la fábricas, así que si podemos ser víctimas de la contaminación ambiental ¿por qué preocuparnos?

LA VERDAD: No hay que olvidar que el tabaco está presente en una tercera parte de todos los cánceres diagnosticados, un porcentaje suficientemente importante como para tener en cuenta sus riesgos.


LO QUE SE DICE: Si se deja de fumar, se engorda siempre.

LA VERDAD: Este mito es utilizado con frecuencia para no dejar de fumar. Es cierto que fumar conlleva un gasto calórico por sí mismo, y tras el abandono del tabaco puede producirse aumento de peso.

La ansiedad por el síndrome de abstinencia, el “picoteo” entre horas y la mejora del gusto y del olfato al dejar de fumar contribuyen al aumento de peso. Una alimentación adecuada y ejercicio moderado pueden ser de ayuda y existen técnicas de tipo psicológico o farmacológico que son eficaces para este problema.


LO QUE SE DICE: Yo no dependo del tabaco, puedo dejar de fumar cuando quiera.

LA VERDAD: La dependencia del tabaco es difícil de cortar y para dejar de fumar hay que tomárselo muy en serio.


LO QUE SE DICE: Cuando se deja de fumar se pasa muy mal, es peor el remedio que la enfermedad.

LA VERDAD: Es cierto que al principio, cuando se deja el tabaco, la dependencia a la nicotina provoca malestar, pero se trata de una sensación temporal. En cambio, los beneficios son muy evidentes e importantes y aparecen a los pocos días de abandonar el consumo.


LO QUE SE DICE: Dejar de fumar es casi imposible.

LA VERDAD: Dejar de fumar tiene sus dificultades, como ocurre con cualquier otra adicción, pero es posible. En la actualidad se dispone de una amplia gama de tratamientos farmacológicos y psicológicos que ayudan a dejar de fumar.


Información obtenida de: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas

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