Educar en la autonomía, en que se hagan responsables de sus cosas, de sus actos, de sus tareas, de sus sentimientos, es clave para que se hagan responsables de sus decisiones (de las sencillas y de las que, con la edad, se van haciendo más complicadas). Que sean autónomos para caminar por la vida, sin depender de nadie.
Por este motivo, es fundamental que la autonomía se fomente durante todas las etapas de la niñez, intentando que se sientan seguros y capaces de asumir cambios, crisis y cualquier dificultad y/o adversidad que se les presente. Que tengan herramientas para afrontar desafíos o simplemente para decidir en un momento dado por sí solos si quieren o no beber alcohol o consumir otras drogas.
Recordad que, como padres les acompañamos, pero no “cuelgan” de nosotros, poco a poco debemos ir “soltando amarras” para que ellos vayan cogiendo las riendas de su vida por completo, y nosotros seguiremos ahí…. acompañando…. siempre.
