Siempre es más importante cómo lo decimos porque el cómo es donde realmente se refleja lo que estamos sintiendo cuando hablamos. El contenido es una parte que, si no está en concordancia con lo no verbal, se olvida. Es decir, lo que se nos queda del mensaje siempre es lo no verbal.
Los adolescentes hablan poco pero dicen mucho, hay que escucharles con los cinco sentidos para captar esa parte no verbal que es donde está el mensaje importante. Si no nos queda claro el contenido hay que preguntar (sin interrogar), preguntar para aclarar, para verificar bien lo que estamos entendiendo, para evitar malentendidos y para que comprueben que realmente nos interesa lo que están diciendo.
ESCUCHA ACTIVA, es la clave.