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Acordar cuál es el modelo de consumo de alcohol que queremos transmitir a nuestros/as hijos/as.
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Explicarles porque nosotros sí podemos y ellos no:
Prohibido hasta 18 años.
Daños cerebrales, en muchas ocasiones irreversibles por consumir antes de los 18 años.
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Fomentar siempre el diálogo. Hay que hablar mucho. Educar requiere tiempo y un esfuerzo constante.
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Intentar que siempre tengan claros los límites y las normas y que éstos y éstas sean efectivos. Una vez se salten la norma sin consecuencia, esa norma queda invalidada porque ya saben que se la pueden volver a saltar.