El cánnabis contiene muchos de los cancerígenos y mutágenos del tabaco y en mayor cantidad (un 50 % más). Además, la forma de consumirlo (fumado, sin filtro y con aspiraciones profundas) aumenta los riesgos de padecer cáncer.
El cánnabis tiene efecto broncodilatador, lo que favorece la absorción de las sustancias tóxicas, y al igual que ocurre con el tabaco, también es perjudicial para los fumadores pasivos.