El Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la UA recomienda realizar perforaciones para hacer un último análisis con cámaras para corroborar su existencia
El informe sobre el análisis con georradar realizado el pasado mes de febrero en la calle Menéndez Pelayo y adyacentes realizado por el Departamento de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Alicante confirma la existencia de indicios que podrían apuntar a un refugio aéreo de la Guerra Civil Española en el subsuelo de la ciudad. No obstante, los autores del estudio, Juan Luis Soler Llorens y Nassim Benabdeloued, proponen ante la complejidad de estos análisis en el subsuelo urbano, la realización de perforaciones en los puntos detectados por el georradar para introducir una cámara que permita certificar de manera definitiva la existencia del posible refugio.
El informe es fruto de las tareas realizadas el pasado mes de febrero – coordinados por el Semap – cuando los técnicos realizaron 118 perfiles recorridos transversales y longitudinales en las calles Menéndez Pelayo y Cervantes, que sumaron una longitud total de 1.588 metros, empleando antenas de 100 y 500 MHZ. El sistema de exploración utilizado se denomina GPR (Ground Penetrating Radar) o radar de penetración en el suelo, y se enmarca dentro de las técnicas de prospección electromagnéticas que lo hacen capaz de detectar posibles restos arqueológicos.
Según han explicado los autores del informe, los datos de los radargramas obtenidos reflejan una serie de “anomalías, algunas de ellas con forma de bóveda, entre las que destacan dos grupos correlacionados unidos mediante una línea que delimita la posible existencia de una estructura en el subsuelo”.
Ante las explicaciones de los expertos de la UA y del equipo técnico del propio Semap, el alcalde, Fulgencio Cerdán, ha expresado su apoyo a continuar con los trabajos necesarios para verificar la presencia y conocer el estado de conservación de la construcción subterránea.
Indicios de un refugio.
Esta investigación se generó como consecuencia del hallazgo fortuito de una cavidad abovedada en el subsuelo en mayo de 2022, tras el hundimiento del firme de la calzada durante unas obras. La inspección de expertos espeleólogos confirmó que había una infraestructura a modo de corredor por el subsuelo. Además, el historiador local Cesar López Hurtado, en su obra ‘Villena Roja 1936-1939. Represión de guerra y posguerra’ ya apuntaba a la existencia de un refugio antiaéreo en esta calle.